En Alconada de Maderuelo no encontrarás homogeneidad en sus construcciones.
Hay casas “olvidadas” y llenas de recuerdos del ayer, tal vez esperando nuevos moradores o tal vez no. Otras están en
un estado deplorable. Entre unas y otras encontramos casas restauradas y cuidadas con esmero y amor que lucen elegantes.
Unas y otras confabulan un espectáculo visual sorprendente por la conjunción
de formas y volúmenes, por sus colores y disposición.
Todas parece que están custodiadas por la espléndida iglesia parroquial “San
Martín de Tours”, alzada en el poniente, y al mismo tiempo parece que son las viviendas las que abrazan a su iglesia.
Alrededor de Alconada hay unos paisajes maravillosos, una vez más son los
volúmenes y las formas los que nos sorprenden y nos ofrecen unas panorámicas infinitas y sumamente plásticas. Un gozo
para la vista.
Desde el paraje denominado ”La Carrera” se pueden ver muchos pueblos,
ya mires al Norte o… cualquiera otro de los puntos cardinales. Desde “El Tocador”, a tus pies queda un vasto valle surcado
por el río “Riejo” y con árboles de ribera a ambos lados.
¡Y qué decir de los colores! Sus cielos son muy azules, y sus tierras nos
recrean con muchas tonalidades de verdes y ocres. La flora silvestre es muy variada y abundante.
Es especial el aroma que se respira en sus campos en primavera y hay una
energía especial, ¡parece que vieras crecer la hierba!
Hasta pronto y saludos cordiales.
María Jesús Cáceres.
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